Tapping by Cipriano Toledo

autor:Cipriano Toledo
La lengua: eng
Format: epub
editor: Editorial Kolima
publicado: 2019-04-25T00:00:00+00:00

El duelo

Elisabeth Kübler-Ross presentó su modelo de las fases del duelo en 1969 en su libro On death and dying 1.

Son cinco etapas: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. En principio, Kübler-Ross aplicó este modelo a personas que sufrían enfermedades terminales y después lo hizo también a pérdidas de todo tipo: la muerte de un ser querido, un divorcio, la pérdida de un trabajo, cualquier tipo de pérdida.

Las fases no irían en ese orden necesariamente y tampoco habría que pasar por todas ellas. El modelo Kübler-Ross es hoy aplicado y contestado a partes iguales.

Hay diferentes teorías sobre lo que debe durar un duelo, lo que es normal y lo que no. Seguro que conoces personas que parecen recuperarse rápidamente y otras que llevan toda una vida sufriendo. Con Tapping lo que haremos será conseguir que la persona que ha sufrido la pérdida pueda recordar a su ser querido sin sentir dolor.

Mi primera experiencia con un duelo fue cuando todavía conocía muy poco sobre el Tapping; solo sabía de la existencia de los puntos de la cara. Todo lo que conocía de Tapping cabía en un cuarto de página de una revista en inglés y en una foto.

Mi cliente era una mujer de cerca de unos cincuenta y cinco años a la que hacía dos años su hijo se le había muerto de cáncer; la enfermedad fue larga y el sufrimiento también. Lo primero que me dijo fue si yo podía devolverle la vida a su hijo. Desde la muerte había engordado más de veinte kilos, estaba de baja por depresión y no podía ni pensar en él sin ponerse a llorar amargamente.

Después de hablar un poco con ella le pregunté si tenía una foto de su hijo. Sacó una de la cartera y se puso a llorar. Le pedí la foto, la puse al revés en el mueble más alejado que había en mi despacho y comencé a hacerle Tapping, solo los puntos de la cara y sin que ella dijera nada. Esto lo hicimos durante tres o cuatro visitas; yo ponía la foto al revés y le hacía Tapping mientras ella la miraba. En la última sesión ella sujetaba y miraba la foto de su hijo.

Nunca más supe de aquella mujer y me alegré; por experiencia sé que en España cuando un cliente no llama es que está bien, así que supuse que su duelo había finalizado.

Al cabo de un año, casualidades de la vida, me la encontré por la calle. Yo no la reconocí; había perdido mucho peso y sonreía. Llamó mi atención. Se presentó y nos sentamos a tomar un café. Me habló de su hijo sin llorar; me comentó que estaba trabajando, que venía de un viaje y que había vuelto a sentirse bien. Por supuesto no había olvidado a su hijo pero ahora era capaz de recordarlo y sentirse bien.

No la he vuelto a ver y posiblemente no lo vuelva a hacer, pero siempre recordaré su cara mientras me hablaba de su hijo. Trabajar con Tapping es lo más maravilloso que puede ocurrirle a una persona.

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